El miércoles 18 de noviembre, el Rabino Isaac Sacca disertó en un nuevo encuentro virtual de “Magazine espiritual” entre Menora y la comunidad judía de Madrid. Coty Aserin, fue la anfitriona del evento junto con Verónica Schammah.
El Rab Isaac conversó acerca de la porción semanal de Jaié Sará, del libro Génesis. Este libro de la Torá relata la historia de los patriarcas que contiene una condensación de mensajes universales y eternos para la humanidad.
Cuando Di-s creó al mundo, no había religiones, ni pueblos; no había divisiones. El ser humano constituía el ente superior de toda la Creación y debía llevar a cabo su misión de ser el protector del mundo. El hombre era el único de las criaturas que tenía conciencia del libre albedrío.
Di-s puso a Adán y Eva en el paraíso para que protegieran y resguardaran el lugar. Ese era el plan cósmico del universo. Con el tiempo, sus descendientes se olvidaron del objetivo general de la Creación y se enfocaron en los placeres mundanos.
Di-s creó mucha pasión por la vida, el placer, para que nos guste vivir, para llevar a cabo algo noble. Sin embargo, las 10 generaciones que sucedieron hasta Noáj y las 10 generaciones de Nóaj a Abraham, no comprendieron el mensaje.
Con Adam, Nóaj y Abraham fueron 3 intentos de crear una sociedad sana, de crear una sociedad global.
Di-s hizo un pacto con Abraham a través del Brit Milá, enfocándose en un grupo reducido de personas. Así permitió que a través de una microsociedad pequeña, el pueblo más diminuto de entre las naciones, se logre encaminar la humanidad.
Di-s creó un modelo para que los demás seres humanos imiten, no para excluirlos. “Am Segula”, pueblo modelo (no elegido). Es decir que el pueblo judío tiene que tratar de lograr ser un pueblo modelo, en el que reine la moralidad, la ética, el respeto, para generar ese contagio positivo en los demás. Donde todos se respetan es una sociedad bendecida.
Adam quiso hacer un proyecto global pero no funcionó, con Nóaj tampoco. Con Abraham y Sara, empezó una nueva etapa que perdura hasta hoy en día.
No se puede abarcar todo. Se debe avanzar de a poco. Adam y Nóaj tenían proyectos universales, y no lograron su misión. Abraham y Sara hicieron una familia. De este modo, transmitieron conceptos y ejemplos a esa familia y las familias crecieron y continuaron transmitiendo el mensaje. Y así, millones de personas creen en Di-s, lo cual fue una revolución humanitaria y civilizadora.
Abraham y Sara nos enseñan el programa de Di-s que nace en una pareja, una familia, y se expande naturalmente.
Eso es viable y puede tener efectos a nivel universal y eterno, como hizo Abraham Abinu.