El martes 13 de octubre fue el primero de un ciclo de 4 encuentros para mujeres adultas: “La historia dentro de ti”.
Este ciclo, dictado por el Moré Abraham Dwek se centra en la historia de cada una.
Mientras vivimos la vida, escribimos una historia. En coincidencia con la semana de Simjat Torá, en la que comenzamos, una vez más, la lectura de la Torá, y volvemos a contar la historia del mundo, del ser humano (Génesis), el desafío en cada nueva lectura de un mismo texto o de una misma historia, es la nueva interpretación.
Al abordar la vida como una historia, entendemos que hay un pasado, presente y futuro. La experiencia de lo que pasó, y la visión, deseo y anhelo de lo que vendrá. Lo tangible está en el presente. Lo que escriba el día de hoy, va a determinar lo que ocurra mañana y va a validar aquella experiencia del pasado.
Dejar los miedos atrás y encontrar en nuestra historia una forma de fe, hacer memoria de lo que sí logramos para sí tener presente y a partir de ahí trabajar sobre el futuro.
Nos vamos formando en las diferentes situaciones de la vida; es importante tomar nota de lo que nos pasó, de lo que nos gustó y de lo que no, especialmente de aquellas cosas que no nos salieron bien, para tener en cuenta las oportunidades. Las oportunidades aparecen cuando hay desafíos, complicaciones.
La vida de cada uno vale la pena ser contada. Tenemos que ser como el guionista de un relato, que en cualquier momento puede reescribir la historia.
En los rezos de Rosh Hashaná se destacan 3 conceptos: memoria, escritura, cambios. Vidas escritas, vidas cambiadas, vidas con sentido.
Debemos entender y abordar nuestra vida de la misma forma que a la historia, en la que vemos la importancia de cada eslabón.
El objetivo de este ciclo es el crecimiento de las participantes. La hoja en blanco, la birome. Ser el guionista de tu propia historia, sin depender de elementos externos. Uno, Di-s, la fe, la plegaria, un buen plan. Decidir crecer. Todos tenemos logros también en los momentos de confusión y dificultad. Debemos tener la perspectiva de la historia.
Cada historia de vida cuenta, vale, tiene un sentido. Inspirar también a los demás. El mundo se trata de historias de vida, que dejan su huella.